Otra heroína: Ada Colau en el Congreso de los Diputados diciendo verdades como puños

Si ayer pusimos por las nubes al juez Pablo Ruz, hoy tenemos otra nueva heroína: Ada Colau, portavoz de la Plataforma Afectados por la Hipoteca.

En su comparescencia en el Congreso de los Diputados dijo verdades como puños.

El País recoge su actuación, que no ha dejado indiferente a nadie.

Tensión entre dos legitimidades: la que nace de la sociedad, a través de plataformas, y la que emana de la soberanía popular en las urnas y lleva a los parlamentarios al Congreso y al Senado. Así se ha puesto de manifiesto en la Comisión de Economía del Congreso con los comparecientes que han convocado los grupos parlamentarios para escuchar opiniones sobre la reforma de la ley Hipotecaria y otras normas que den una respuesta a los desahucios por impago de las hipotecas. El revuelo se produjo con la intervención de Ada Colau, representante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, PAH.

Lo que dijo Ada Colau que encrespó los ánimos fue exactamente esto sobre el vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellitero: «No le he tirado un zapato a este señor porque creía que era importante quedarme aquí para decir lo que estoy diciendo. Este señor es un criminal y como tal deberían ustedes tratarlo. No es un experto. Los representantes de las entidades financieras han causado este problema; son esta misma gente la que ha causado el problema, los que han arruinado la economía entera de este país y ustedes les siguen calificando de expertos».

Esta líder del movimiento contra los desahucios, que acumula ya cuatro años de lucha, ha reprochado a todos los partidos que no cayeran en la cuenta de este drama social hasta muy tarde, de manera que ellos han trabajado en solitario durante mucho tiempo. Coincidió Ada Colau con todos los grupos, también con el representante del PP, Pablo Matos, en rechazar los argumentos que dio en esa comisión el vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellitero. Pero hubo diferencias en las formas. Ada Colau le llamó “criminal” lo que provocó que el presidente de la comisión, el popular Santiago Lanzuela, le pidiera que retirara esa expresión. No lo hizo.

Se notó de inmediato el caudal de sufrimiento y de conocimiento que Ada Colau ha atesorado durante más de cuatro años de lucha en defensa de los desahuciados. Por eso pidió a los parlamentarios que acepten “un programa de mínimos” para paliar la situación de muchas familias que han sido expulsadas de sus viviendas por no poder pagarlas, siguen con la deuda y no hay expectativa de que la puedan pagar. Por orden de aparición en la preocupación por este gran problema la representante ciudadana saludó a Iniciativa per Catalunya, a ERC y otros grupos minoritarios, pero afeó especialmente al PP y al PSOE por haber “bloqueado” iniciativas para paliar el problema. Unos en el gobierno actual, y otros en el anterior. “Parece que ahora el PSOE ha rectificado”, dijo con cierta distancia.

A excepción del representante de ICV, Joan Coscubiela, que no se sintió en absoluto incómodo por la disertación de Ada Colau, el resto de los portavoces se revolvió y no aceptó el tono de cierta amenaza que percibieron de la activista. El próximo martes, gracias al PSOE que ha cedido su cupo, se verá la Iniciativa Legislativa Popular promovida por esta Plataforma y que ha conseguido un millón de firmas. “Señalaremos a los diputados que no apoyen esta iniciativa; quedarán señalados aquellos que no se comprometan”. Se refiere Colau a la necesidad de que se tome en consideración esa proposición de ley que dará lugar a que se pueda discutir y que tiene un programa de mínimos: Parar los desahucios; dación en pago con carácter retroactivo y alquiler social.

En suma “una segunda oportunidad” para los que no pueden pagar las hipotecas, como ocurre en otros países. “Les invito a que vengan con las plataformas a reunirse con los afectados; les invito a que escuchen lo que sufren los afectados y verán si hay o no falta de democracia en este país”. Colau no considera “amenazas” sus advertencias de “señalamiento” a los parlamentarios que no voten la toma en consideración el próximo martes de la iniciativa popular. “No me ha gustado eso que usted dice de que nos van a señalar, ¿me lo puede explicar?”, le preguntó Pedro Azpiazu, del PNV. Este y el resto de los portavoces defendieron su condición de elegidos por los ciudadanos en elecciones libres y tan solo hace un año. La excepción siempre estuvo en Joan Coscubiela de ICV, cuyo discurso fue muy coincidente con el de la representante de la plataforma contra los desahucios.

La respuesta de Leire Iglesias del PSOE fue respetuosa pero firme y denotaba cierto enojo. Primero, porque la iniciativa popular se va a debatir el martes porque el PSOE ha retirado una proposición suya para que esta entre. También, porque si bien reconoció y alabó el trabajo de la Plataforma, pionero y determinante para poner el foco político y mediático en el problema de los desahucios, defendió que desde el principio de legislatura el PSOE ha cogido este asunto como prioridad. Hubo contención y mucha por parte de la representante del PSOE, del PP, CiU y PNV para no enzarzarse en una discusión con Colau sobre su labor de representación de los ciudadanos. Pero ella no se arredró ya que terminó su intervención preguntando retóricamente a los diputados si creían que “democracia era votar cada cuatro años”. “Están muy equivocados si así lo creen”. Volvió a retarles a que le dijeran si iban a tomar en consideración o no la iniciativa popular. Un claro sí dio el representante de ICV, Joan Coscubiela, y también la diputada Leire Iglesias del PSOE. “Pero nosotros tenemos medidas más ambiciosas”, le devolvió la experta socialista en este tema.

Al igual que el primer compareciente, Julio Rodríguez expresidente del Banco Hipotecario, concitó una fuerte corriente de sintonía, los argumentos del representante de la Asociación Española de la Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellitero, provocó un fuerte rechazo. A su juicio, los desahucios han venido provocados por la crisis económica y no por el sistema hipotecario que es “eficaz”. Rodríguez Pellitero advertía a los legisladores sobre el cambio en las leyes que están preparando. En efecto, además de la iniciativa popular que se verá el martes, está en marcha el cambio de toda la normativa sobre desahucios. El representante de la banca aceptaría como mucho que haya medidas legales “transitorias y extraordinarias” sobre las leyes hipotecarias ya que “si se modifican los fundamentos actuales el crédito será menor y más caro”.

Sus apreciaciones fueron rebatidas por todos los portavoces y con mucha energía por parte de Pablo Matos del PP que desgranó los excesos de las leyes españolas, sin parangón en el resto de países europeos donde rige “la segunda oportunidad”, antes de quitar a la gente la vivienda por impago. El desacuerdo con la intervención del representante de la AEB llevó a Ada Colau a llamarle “criminal”, por todas sus observaciones y en particular por asegurar que “la dación en pago no resuelve nada”. La comparecencia de la representante de la Plataforma se intuyó tensa desde el primer minuto. Ada Colau, catalana y residente en Barcelona reprochó de entrada que la hubieran convocado la última cuando ella vivía fuera de Madrid, y los anteriores sí eran de la capital, lo que la impedía volver por la noche a casa.

España, nido de avispas: Corrupción y lavado de dinero de las mafias rusas (3)

Antecedentes 1 y 2.

Antoni Fernández Teixidó, exdiputado de CiU

Otro de los arrestados fue Oleg Tchoubine, natural de Grodni, Rusia. Le fue intervenida gran cantidad de documentación, que luego daría mucho juego, y también un rifle con munición de bala blindada, un revólver, un puñal de grandes dimensiones y una pistola de descargas eléctricas.

Malchas Tetruashvili, originario de Zareche, Rusia, acabó tamién en prisión. Fue capturado en Barcelona y se le intervino una gran cantidad de joyas que guardaba en una maleta. Era propiertario de la empresa GAMT, una de sus actividades consistía en la importación y exportación de productos de Coca-Cola. Es una persona muy bien relacionada, lo que le permitía hacer negocios en condiciones ventajosas. De hecho, invitaba a políticos, empresarios y artistas a las inauguraciones de sus locales de ocio en la Ciudad Condal, lo que lo hacía muy conocido y respetado. Se le relaciona con con Antoni Fernández Teixidó, diputado de CiU.

El georgiano Konstantin Asatiani, vecino de Marbella, se le confiscó documentación sobre varios proyectos urbanísticos, entre otros el del complejo Los Eucaliptos de Benalmádena. El último arrestado fue Merab Gogya, le disputó a Tariel Oniani, otro vory v zakonen, la comisión de Lukoil en su intento de expansión en España.

Vitali Izgilov también forma parte de los arrestados de esta primera parte. El suceso tuvo lugar en El Prat, aeropuerto de Barcelona, cuando se dispoinía a tomar un vuelo a Alicante. Avisado el personal de tierra, se facilitó la entrada en solitario de Izqilov en el finger. Cuando quiso darse cuanta, a sus espaldas se había cerrado la puerta de embarque y solo quedaban dos guardiasd civiles, y frente a él dos guardias más.

El 7 de mayo de 2006 fue el día elegido para detener a Zakhar Kalashov, máximo responsible de la mafia georgiana. Estaba en Dubai, en el cumpleaños de Vyacheslav  Ivankov, alias el japonesito. Cuando se enteró que las Fuerzas de Seguridad estaban tras su pista intentó escapar en un coche, sin embargo los policías lograron detenerlo.

Es en este punto donde las autoridades y polítcos españoles entran en juego. El trabajo del juez Fernando Andreu fue decisivo. El magistrado logró preparar en menos de 24 horas es escrito de extradición de Kalashov. Era un requisito indispensable, porque debía ser el Gobierno quien aprobase en Consejo de Ministros la demanda para llevar al criminal a España. Justo aquí entra la participación de Alfredo Pérez Rubalcaba, para entonces Ministro del Interior, quien se movió con habiliad para conseguir la aprobación del Ejecutivo.

El 13 de junio Zakhar Kalashov aterrizaba en Madrid esposado y vigilado.